UN POCO DE HISTORIA
Desde un 14 de agosto de 1684
Era un 14 de agosto de 1684, cuando llegaron a este lugar, entonces llamado Prado Viejo de Madrid, un humilde grupo de Clarisas. El Almirante de Castilla, don Juan Gaspar Enríquez de Cabrera, quería convertir su finca, de lugar, que había sido de recreo, en Casa de Oración y Reparación.
Desde entonces, esta Comunidad de Clarisas, se esfuerza por cumplir con fidelidad una misión tan privilegiada y beneficiosa para el mundo.
Durante estos tres siglos, el Monasterio y su Comunidad, pasaron por graves dificultades. Una muy notable, había de ser su expulsión, por la revolución política de 1836…cuando quedaban tan sólo, cuatro monjas que, a su corto número, añadían la gracia sobrenatural de una preciosa vida de perfección, penitente y contemplativa en grado sumo, según refieren las cronistas…
Viendo que se extinguía la Comunidad y que, humanamente, no encontraban solución alguna, redoblaron su oración y el fruto no se hizo esperar. Consiguieron que Dios moviese los corazones de quienes podían facilitar las cosas Y, por fin, se les concedió que volviesen para restaurar el Monasterio que había sido convertido en un almacén de maderas. Así pudieron, también, pronto, admitir nuevas vocaciones.
Apenas se habían repuesto de tantos años de contrariedad y sufrimiento, cuando, en 1864 se ven obligadas a abandonar la casa, pues el Monasterio era necesario que fuese derribado, para poder ensanchar el Paseo de Recoletos Nuevas luchas y dificultades increíbles, en las que floreció la virtud ejemplar de la Madre Josefa de Guadalupe, que supo arrostrar todo con sereno y magnánimo corazón En 1872 se abría de nuevo la capilla al culto público.
Si por la protección de Nuestra Señora se logró que no desapareciera la Comunidad en 1836 por Ella, igualmente, seguirán cumpliendo su oficio de reparación. Para realizarlo con mayor garantía de apoyo divino, quiso la Madre Guadalupe, promover en dicha capilla, el CULTO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO, porque esta religiosa, llevaba muy dentro del alma los mismos sentimientos del seráfico padre San Francisco, cuando repetía que, “nada tenemos en la tierra digno de más aprecio y veneración, que el Santísimo Cuerpo y Sangre del Señor”
Conseguidos todos los permisos, EL DÍA 2 DE JUNIO DE 1883 FIESTA DEL SACRATÍSIMO CORAZÓN DE JESÚS, SE INAUGURÓ LA EXPOSICIÓN SOLEMNE Y DIARIA DE JESÚS SACRAMENTADO
Lo demás casi no es necesario repetirlo, porque, si han sido CIEN AÑOS los que lleva el Señor, esperando, atendiendo y confortando desde este su Trono de Amor y reparación justo es que lo celebremos con reconocida acción de gracias, con delicadeza y buenos propósitos de continuar en esta amistad de conversación íntima con Él, ante su Sacramento de Vida y Esperanza.
Tenemos que agradecerle las infinitas gracias que han venido de su Misericordia, por la oración y la reparación de tantas almas ante ESTA CUSTODIA DE JESUS SALVADOR
