Entre sus paredes silenciosas del convento de San Pascual, las monjas han cultivado una tradición que deleita los sentidos y nutre el alma: la repostería conventual. Estas expertas artesanas no solo crean manjares divinos, sino que también los comparten con el mundo exterior, ofreciendo una oportunidad única para saborear el trabajo de sus manos y, al mismo tiempo, contribuir al sustento de su comunidad.

La repostería del Convento de San Pascual se distingue por su calidad excepcional y la atención meticulosa a los detalles. Desde las famosas pastas de San Pascula hasta sus magdalenas ligeras y esponjosas, cada producto es una obra maestra que refleja la dedicación y la destreza de las manos que lo crearon. Los ingredientes de la más alta calidad se combinan con amor y cuidado, creando dulces que conquistan los gustos y dejan una huella inolvidable

Las monjas de San Pascual , a través de la venta de sus productos de repostería permiten que aquellos fuera del convento participen en su vida diaria. Cada compra de estos manjares también un acto de apoyo directo a la comunidad monástica. Los ingresos generados contribuyen a mantener el convento, permitiendo que las monjas continúen su vida de oración, trabajo y servicio a la comunidad.

¿Cómo adquirir los productos del convento?

Para aquellos que desean degustar estas delicias conventuales y contribuir a la causa, los productos de repostería de San Pascual están disponibles para la venta en el mismo convento.

Ya sea que desee disfrutarlos personalmente, compartirlos en eventos especiales o regalarlos como gesto de afecto, cada compra contribuye a preservar una tradición única y apoyar a una comunidad dedicada.